jueves, 17 de abril de 2014

Crossroads Guitar Festival 2013 - Eric Clatpon

El Crossroads Guitar Festival organizado por Eric Clapton es a estas alturas todo un clásico. Se trata de un festival benéfico para el Crossroads Centre, un instituto destinado a la rehabilitación de las adicciones fundado por Eric Clapton. Este festival que cuenta ya con cuatro ediciones (organizadas cada tres años: 2004, 2007, 2010 y 2013) reúne a la mejor selección de guitarristas contemporáneos de la escena de blues y rock. Entre los músicos que pasaron por sus escenarios desde que comenzó a organizarse se cuentan a Robert Cray, Eric Johnson, Buddy Guy, BB King, John McLaughlin y la lista podría seguir y seguir.
Entre jóvenes promesas y artistas ya consagrados que se reunieron en la última edición organizada en el Madison Square Garden de Nueva York en abril de 2013 se encuentran Booker T., Robert Cray, Buddy Guy, Gary Clark Jr, Jimmy Vaughan, Taj Mahal, Keb Mo’ y otros tantos. ¿Qué esperar cuando figuras de este tamaño se encuentran en un escenario? Simplemente muy buena música. Este disco –doble, dicho sea de paso– destaca por una característica casi elemental y que, paradójicamente, no es muy usual hoy día: su simpleza. Lejos de experimentos, de apuestas estéticas arriesgadas y excentricidades en este trabajo encontramos grandes músicos, grandes intérpretes que suben al escenario hacen lo mejor que saben: tocar. Además es una oportunidad para que nuevas generaciones puedan conocer (y ¡ver! para quien tiene la oportunidad de asistir) a leyendas vivientes de la música popular del siglo veinte. Vaya como ejemplo de esto, la canción que cierra el primer disco: “Why Does Love Got To Be So Sad” interpretada por Eric Clapton y The Allman Brothers (en su formación actual).
Es muy difícil destacar los mejores momentos de un trabajo parejo y bien ejecutado de principio a fin. Quien lo escuche encontrará sus preferencias, pero quizá haya momentos en los que todos los fanáticos de las guitarras coincidan. Me refiero a “Congo Square” interpretada por Sonny Landreth & Derek Trucks o a la versión de “Key To The Highway” que Eric Clapton toca junto a otra leyenda, Keith Richards. No todos los días se puede escuchar a dos pilares del blues y rock del siglo XX tocando juntos, y esta es una oportunidad inmejorable. Decir que la manera de tocar de Eric Clapton es única resulta casi evidente, pero lo que resulta reconfortante para sus admiradores es escucharlo en plena forma. Así se lo puede apreciar en los dos temas que cierran el disco “Got To Get Better In A Little While” y  “Sunshine of Your Love”. Lo único que se puede hacer frente a un trabajo así es recomendarlo y pedir por muchos más recitales así. "See you in three years..." dijo Clapton al finalizar el concierto. Aquí estaremos, esperando.

lunes, 7 de abril de 2014

Robert Cray - In My Soul

"In My Soul" de Robert Cray es una de las novedades que el 2014 trae para los seguidores de este genial guitarrista, y para los amantes del blues en general. Este material no decepciona, se trata del ejemplo de un sonido muy definido, un sonido que a estas alturas podemos llamar "el sonido Cray", muestra de una maduración y una identidad bien definida. El título del álbum, "In my soul", revela bastante de lo que vamos a encontrar allí. Se trata de un disco lleno de soul. El toque blusero característico de este versátil y experimentado guitarrista se enriquece con un aire soul que recorre de manera pareja todas las canciones de esta placa, la número veintiuno de su carrera. Este nuevo trabajo puede entenderse además como un viaje a las influencias del propio Cray, influencias que nos llevan a los años sesenta y setenta. En homenaje a ellas es que podemos encontrar versiones de Otis Reding (Nobody's Fault But Mine) y de Isaac Hayes (Your Good Thing Is About To End), pero también temas propios de Cray que están a la altura de las circunstancias.
Este guitarrista, varias veces ganador del premio Grammy, demuestra una vez más que merece los elogios que desde hace tiempo viene cosechando. "In My Soul" es un álbum parejo desde todo punto de vista. No sólo encuentra una coherencia perfecta entre covers y composiciones propias, sino que la impronta soul se percibe de principio a fin (incluso, la tapa del disco tiene un diseño vintage que alude a los años sesenta). Entre los temas más interesantes se encuentran "Nobody's Fault But Mine" con un claro sonido con reminiscencias soul y funk de los años setenta, y “Hold On”, la balada más seuptempo al disco en general. En definitiva, "In My Soul" es un disco que disfrutaran tanto amantes del blues como del soul. Una muestra cabal de la vigencia de Robert Cray y un viaje a una época musical que vale la pena investigar.
ntida de todo el disco. Precisamente, las baladas tienen un lugar especial en este trabajo. Canciones como "Fine Yesterday", "Hold On" y "Deep in My Soul" son ejemplo de ello. También la sección de vientos es una de las estrellas de esta nueva producción, "Nobody's Fault But Mine" y "Deep in My Soul" lo demuestran. Por último, el tema instrumental "Hip Tight Onions" revela un notable trabajo de Dover Weinberg en el Hammond y agrega un momento uptempo al disco en general. En definitiva, "In My Soul" es un disco que disfrutaran tanto amantes del blues como del soul. Una muestra cabal de la vigencia de Robert Cray y un viaje a una época musical que vale la pena investigar.


Robert Cray (01/08/1953 - Columbus, Georgia. EEUU) es un guitarrista de blues estadounidense, cinco veces ganador del premio Grammy y con más de veinte discos en su carrera. Entre sus trabajos más conocidos se cuenta "Strong Persuader" (1986). "In My Soul" (2014) es su último trabajo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Hugh Laurie - Didn't It Rain (Warner Music Entertainment, 2013)



Los segundos discos suelen ser, sobre todo si su predecesor fue un rotundo éxito, un intento de consolidar un sonido y mostrar que lo anterior no había sido pura suerte. “Didn’t It Rain”, el segundo disco de Hugh Laurie intenta ser ese trabajo que lo consolide en el rico y abundante panorama del blues. Sin embargo, este disco tal vez deba ser valorado no sólo por el intento de hacerse un lugar en el blues contemporáneo, sino además -y creo sobre todo- por los riesgos que se anima a correr.
Este disco también se trata de una recopilación de temas y standards clásicos del blues. Laurie había intentado esta formula en su disco anterior, “Let Them Talk”. Entonces como ahora la selección funciona perfectamente. Los temas seleccionados cumplen al menos dos objetivos: se adaptan perfectamente a la voz y al estilo Laurie y sirven como una interesante muestra del rico material que el blues al estilo New Orleans tiene para ofrecer. En "Didn't It Rain" se pueden apreciar composiciones de W.C. Handy (“The St. Louis Blues”), Dr. John (“Wild Honey”), Joe McCoy (“The Weed Smoker`s Dream”) y Sister Rosetta Tharpe (“Didn't it rain”).
Todas estas composiciones son ejecutadas de una manera inmejorable por Laurie y sus acompañantes: su banda, the Copper Bottom Band y sus tres escoltas de lujo, Taj Mahal, Gaby Moreno y Jean McClain. Estos tres invitados aportan sus voces en momentos claves el disco dándole un matiz en donde reside gran parte de la riqueza de este disco. El desempeño vocal es la estrella de la segunda placa de Hugh Laurie, sobre todo si consideramos el fantástico trabajo que hizo Jean McClain cantando cuatro temas de este disco (“The St. Louis Blues”, “Send me to the 'lectric chair”, “I Hate a man like you” y “Didn't it rain”). El desempeño de Gaby Moreno (“Kiss of Fire” y “Didn't It Rain”) y Taj Mahal (“Vicksburg blues”) contribuyen a enriquecer los matices que este material tiene para ofrecer. La voz de Laurie, aunque no tiene el color típico del blues, no defrauda en ningún momento.“Didn't It Rain” ofrece distintos momentos que se encuentran muy bien equilibrados. Baladas sentidas como “Careless love” o “I hate a man like you” se conjugan adecuadamente con temas más up tempo como “Wild Honey” o “Didn't Rain” –a nuestro juicio los dos momentos más interesantes de este album.
Pero lo más destacable de “Didn't It Rain” nos pareció los riesgos que tomó. Las cercanías con el jazz que se perciben aquí pueden ser perfectamente explicables por las  características del blues de New Orleans, en cambio, nada parecería explicar los coqueteos que este disco tiene expresamente con el tango. Desde la introducción de “The St. Louis Blues” pueden sentirse ciertas alusiones al tango, alusiones que se convierten en explícitas señales cuando la voz de Gaby Moreno inicia “Kiss of Fire” cantando en perfecto español los primeros versos de “El Choclo” de Enrique Santos Discépolo. Tal vez este experimento suene extraño a muchos bluseros, pero no deja de haber ahí la necesidad de reconocer un riesgo que sirve como cifra de todo el disco. Todo esto convierte a “Didn’t It Rain” en un trabajo muy (pero muy) poco usual en estos días.

domingo, 21 de abril de 2013

Robin Trower - Roots and Branches (Manhaton, 2013)



¿Qué mejor homenaje se le puede hacer al blues sino volver a las raíces? Así lo entiende el legendario guitarrista inglés Robin Trower en su último trabajo, titulado precisamente "Roots and Branches". El disco se compone enteramente de covers que alcanzan a los exponentes más importantes del blues y del rock del siglo pasado. En la guitarra de Trower se encuentran “Big Mama” Thornton y Albert King, Willie Dixon y BB King, Gary Moore y Elvis Presley. Con este material, Trower se las ingenia para componer un muy balanceado y accesible trabajo de blues rock en el mejor sentido del término. Se trata de un disco poco usual, no por ninguna extravagancia, sino justamente por lo contrario: es un trabajo sencillo, honesto que atrae la atención desde los primeros compases. 
Al tratarse de una de las leyendas vivas del blues existe por supuesto en este trabajo varios aspectos a destacar. La voz de Trower es sin duda uno de ellos. Los sesenta y ocho años del guitarrista parecen no haber hecho la menor mella en su voz, la cual siempre aparece precisa (sobre todo en "When I Heard Your Name") y encajando de manera perfecta en el contexto del disco. El registro expresivo que maneja es envidiable: Trower puede surgir con un voz propiamente blusera, como lo hace en su versión de "Little Red Rooster" o puede adecuarse a lo que exige una balada como en "I Belive To My Soul". Pero sin dudas es la guitarra el elemento central del disco. Esta placa muestra una guitarra versátil y experimentada, igual de efectiva en las varias de las sentidas baladas que tiene el disco ("I Believe To My Soul","Save Your Love" y "Sheltered Moon") como en temas más propios del blues rock ( "When I Heard Your Name", "That's Alright Mama", "Born Under A Bad Sign" y "See My Life"). Robin Trower encuentra en este disco un sonido muy propio, marcado por un uso muy particular de recursos al momento de acercarse a la guitarra. Notables estiradas ("The Thrill is Gone", "Hound Dog"), bases distorsionadas y hasta una inusual presencia de wah-wah en temas de blues ("Sheltered Moon" y "See My Life") son parte de los recursos que Trower pone a disposición para conseguir un sonido notable y para constituirse en un momento de enseñanza para aquellos aspirantes a guitarristas de blues. Trower enseña que menos es más: a veces sólo un puñado de buenas notas en el momento preciso basta para poder decir algo interesante. Este disco –el número diecinueve en su carrera solista–  está decididamente a la altura de las exigencias de todo buen blusero.

N.A.

domingo, 7 de abril de 2013

Robben Ford – Bringing It Back Home (Provogue, 2013)




Un sonido, una identidad musical no es azarosa; es el trabajo de años asimilando experiencias, influencias y aprendizajes. Robben Ford es un ejemplo de este trabajo. En el estilo de Ford se encuentran estilos de lo más variados: desde el funk, pasando por el jazz hasta llegar al blues, sin dejar de lado por supuesto toques de pop o incluso algo de rock. Eclecticismo en un estado puro. Algo de esto podemos encontrar en su más reciente trabajo, "Bringing It Back Home". Se trata de un album de covers, donde se versionan temas de una amplia gama de compositores: desde Allen Toussaint hasta Earl King pasando por composiciones tradicionales como "On That Morning". Se trata de un album que se balancea entre momentos funk ("Everything I Do Gonna Be Funk") y momentos más bluseros ("BirdsNest Bound". "Slick Carper Blues" y "Fool's paradise") sin olvidar pasajes eminentemente jazzeros ("Traveler's Waltz"). 
No encontraremos aquí una guitarra virtuosa y velocista. Por el contrario, este trabajo de Ford se encarga de generar un ambiente más relajado con una guitarra siempre precisa que no se arriesga a desperdiciar ni una sola nota. El trabajo vocal de Ford es impecable y esta apoyado por excelentes secciones de vientos a cargo de del trombonista  Stephen Baxter. También hay que destacar el fantástico trabajo que hace Larry Goldings a cargo del Hammond B3, el cual puede apreciarse en "Oh, Virginia" o "Slick Capers Blues". Con todo, los fanáticos de las seis cuerdas podrán encontrar pasajes más que interesantes en este disco de Ford. "Traveler's Blues" es una tema instrumental, una balada blues con notas octavadas y con claras reminiscencias de jazz que muestran de lo que es capaz Robben Ford.
Quienes busquen blues en este trabajo (por lo menos, el blues tradicional), tal vez no lo encuentren en las cantidades deseadas, pero no deja de ser una buena oportunidad de apreciar la versatilidad de un guitarrista que tiene, por derecho propio, ganado un lugar entre los mejores exponentes actuales.

N.A.

domingo, 24 de febrero de 2013

El Futuro del Blues II



Hablar del futuro del blues implica revisar su historia. El blues -otro tanto se puede decir del jazz- ha estado desde sus orígenes en constante movimiento, en una evolución no siempre lineal y con tangentes más que interesantes. Desde el blues del Delta, pasando por sus variantes de New Orleans, su etapa eléctrica de Chicago, hasta su particular versión texana, este género no ha cesado de innovar en los más diversos aspectos. Los cambios han sido tantos que quizás no podamos pensar al blues como un género homogéneo y monolítico. Lo que une sin embargo a expresiones tan diferentes es una cierta cadencia, un sentimiento preciso y la búsqueda de una particular forma de expresión. De allí que llamemos blues tanto a las precarias guitarras del sur  de Estados Unidos a principios del siglo XX como las sofisticadas big bands de los setenta.
Y, ¿el futuro del blues? Difícil es saberlo con precisión. Podemos, sin embargo, imaginar escenarios bastante plausibles. En su recorrido histórico el blues ha tenido encuentros interesantes con otros géneros: con el jazz, con el gospel, con el rhythm & blues y, sobre todo, con el rock 'n' roll. Esta última tendencia no ha hecho sino crecer en los últimos tiempos. Muchísimas son las bandas que cultivan el rock que reconocen la influencia que en ellas ha tenido el blues (que podamos notar esa influencia es otra discusión). Por otro lado, esta relación es tan estrecha que hoy es casi impensable encontrar un músico de blues que no transite al mismo tiempo los caminos del rock (¿Es Joe Bonamassa un guitarrista de blues o de rock?). No puedo imaginar el futuro del blues disociado del rock, tal vez en el futuro esta relación no haga sino estrecharse hasta convertirse en un mismo y único género. Un ejemplo de una fusión perfecta entre blues y rock es el trabajo de la más que atendible banda estadounidense The Black Keys. Con un sonido fuerte que nada tiene que envidiarle al grunge en su época de mayor esplendor y con letras que parecen querer recuperar la mística de los grandes letristas del blues, esta banda se abre camino en un terreno no tan explorado. En su discografía el blues está siempre presente, pero reinterpretado con un sonido en clave contemporánea. No glorifican al blues dejándolo intacto, lo toman y lo convierten en otra cosa, en algo nuevo. No me extrañará cuando, en el futuro, escuche a algún músico de blues-rock diciendo que “The Big Come Up” (el disco debut de The Black Keys) lo decidió a interesarse por este género ya centenario.

N.A.

jueves, 14 de febrero de 2013

El Futuro del Blues

La respuesta a esta pregunta solo el blues la podrá dar y todos aquellos, ya sean músicos, oyentes fanáticos y/o los pertenecientes a la industria discográfica, podrán hacer mucho o poco para su difusión y la expansión de este genero musical pero la respuesta y la esperanza están en que la música, y en este caso el blues, siga trascendiendo épocas, modas y fronteras y permanezca por siempre en los oídos y en los corazones de todos los que nos gusta y amamos escuchar esta música en particular.
Si bien hoy el blues cada día esta más alejado de sus raíces, y las condiciones sociales y económicas históricas que contextualizaron al blues en sus comienzos hoy ya no existen, también pienso que hoy quizás estamos presenciando y vivenciando un momento de resignificación y nuevas síntesis o aportes musicales que confluyen y dan nuevos sonidos al blues.
Así como a fines del siglo XIX el blues se conformó y se nutrió de aportes de tradiciones musicales diversas -las traídas de África por los esclavos negros destinados a trabajar en  las plantaciones del sur de los Estados Unidos, las adaptaciones de viejas canciones folklóricas europeas e incluso de los indígenas nativos de America del Norte- hoy el blues esta siendo interpretado e influenciado por nuevos aportes  musicales y por nuevos músicos que abordan el blues y aportan el bagaje de sus muchas influencias musicales (rock, reggae ,etc.) y que van transformando y enriqueciendo al blues, en lo que muchos ya lo piensan o reconocen como una especie de nuevo folklore internacional.
Pensar, escuchar e interpretar  el blues  hoy es el mismo nuevo desafío de siempre, el desafío de seguir escuchando el inmenso legado de esta música, en las interpretaciones  de los clásicos del blues de hace mas de cien años a esta parte, y también de seguir con la mente, el corazón y el oído atento y predispuesto a escuchar los nuevos sonidos y las nuevas propuestas de los artistas de blues actuales, ya que cada vez es mas  numeroso el publico ávido de seguir escuchando todo lo que aún hoy el blues tiene para dar.
Esto sucederá mientras se cumpla con una condición, que como en muy pocos otros géneros musicales es una exigencia a cumplir, que el blues se entienda y se interprete con la pasión y la autenticidad que siempre caracterizo a esta música y que la misma siga reflejando eternamente el dolor y la alegría de un ser humano recorriendo los caminos  de la vida misma, o sea el blues la música que siempre vuelvo a elegir para seguir recorriendo ese camino.

El Maldito Sr. Blues.