Las reuniones de músicos suelen
ser encuentros interesantes. Cuando en el 2000, BB King y Eric Clapton se
encontraron para grabar Riding with the
King no hicieron sino confirmar aquella intuición. A contrario de lo que
puede imaginarse, este es el primer álbum que ambos graban en conjunto y
constituye un verdadero tributo al blues. Así lo entendieron los jurados que en
el año 2000 lo galardonaron con el Grammy al Mejor Album de Blues Tradicional.
Aquello de "tradicional" adquiere sentido al repasar la lista de
temas: allí nos encontramos con varios clásicos de blues, entre los que se cuentan varios temas de BB King,
hoy devenidos momentos ineludibles en cualquier repertorio de blues. Los
clásicos que ambas guitarras repasan abarcan un período de tiempo bastante importante:
desde "Riding with the King" de John Hiatt de 1983 hasta "Key to
the Highway" del mítico Big Bill Broonzy que se editó por los años 40 del
siglo pasado. Los temas del propio King abarcan un período que también podía
considerarse como "clásico", más precisamente, entre los 50 y los 60. De esa época son "Ten Long Years",
"Three O'Clock Blues", "Help the Poor", "Days of
Old" and "When My Heart Beats Like a Hammer". Llama la
atención, sin embargo, que en la selección no haya ni una sola canción de
Clapton (uno hubiese imaginado, quizás sin demasiada dificultad, que alguna
versión de "Same Old Blues" de su álbum "Behind The Sun" de 1986 hubiese
funcionado bien en el contexto del disco).
Cuando se anunció que BB King y
Eric Clapton habían grabado juntos, uno imaginaba que la reunión de los dos más
grandes guitarristas de blues vivos podía ser una experiencia musical única.
Sin embargo, al escuchar el disco no es precisamente esa la sensación que nos
queda. “Lucille” parece mucho más presente a lo largo de los sesenta minutos
del disco que la Stratocaster de Clapton, quedando ésta relegada en ocasiones a
un lugar casi de acompañamiento. A pesar de todo, existen -es cierto- momentos
de verdadero diálogo entre estos maestros, tal es el caso del final de
"Hold On I'm Comin'". Con todo, los fanáticos de Clapton no se quedarán con las manos
vacías. En la versión acústica de "Key to the Highway" sobrevuela el inconfundible toque
de Clapton convirtiendo a ésta en una de las mejores versiones del clásico de
Big Bill Broonzy.
Hay varios aspectos innegables y
muy rescatables de este trabajo que en su momento no fue tan bien recibido por
la crítica especializada como cabría suponer. Por un lado, es innegable que las
voces de ambos se encuentran en un momento óptimo y dan cuenta de eso en cada
uno de los temas (no puede decirse que en alguna canción las voces no estén
correctas). Por otro lado, la selección y la organización del disco lo hacen
increíblemente balanceado, alternando muy correcta y sutilmente entre los
slowblues y temas con un ritmo más marcado y rápido. En definitiva, un disco
más que interesante y una oportunidad imperdible de asistir a un encuentro
único.
N.A.
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