¿Qué mejor homenaje se le puede
hacer al blues sino volver a las raíces? Así lo entiende el legendario
guitarrista inglés Robin Trower en su último trabajo, titulado precisamente
"Roots and Branches". El disco se compone enteramente de covers que
alcanzan a los exponentes más importantes del blues y del rock del siglo
pasado. En la guitarra de Trower se encuentran “Big Mama” Thornton y Albert
King, Willie Dixon y BB King, Gary Moore y Elvis Presley. Con este material,
Trower se las ingenia para componer un muy balanceado y accesible trabajo de
blues rock en el mejor sentido del término. Se trata de un disco poco usual, no
por ninguna extravagancia, sino justamente por lo contrario: es un trabajo
sencillo, honesto que atrae la atención desde los primeros compases.
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Al tratarse de una de las
leyendas vivas del blues existe por supuesto en este trabajo varios aspectos a
destacar. La voz de Trower es sin duda uno de ellos. Los sesenta y ocho años
del guitarrista parecen no haber hecho la menor mella en su voz, la cual
siempre aparece precisa (sobre todo en "When I Heard Your Name") y
encajando de manera perfecta en el contexto del disco. El registro expresivo
que maneja es envidiable: Trower puede surgir con un voz propiamente blusera,
como lo hace en su versión de "Little Red Rooster" o puede adecuarse
a lo que exige una balada como en "I Belive To My Soul". Pero sin
dudas es la guitarra el elemento central del disco. Esta placa muestra una
guitarra versátil y experimentada, igual de efectiva en las varias de las sentidas
baladas que tiene el disco ("I Believe To My Soul","Save Your
Love" y "Sheltered Moon") como en temas más propios del blues
rock ( "When I Heard Your Name", "That's Alright Mama", "Born Under A Bad Sign" y
"See My Life"). Robin Trower encuentra en este disco un sonido muy propio,
marcado por un uso muy particular de recursos al momento de acercarse a la
guitarra. Notables estiradas ("The Thrill is Gone", "Hound
Dog"), bases distorsionadas y hasta una inusual presencia de wah-wah en
temas de blues ("Sheltered Moon" y "See My Life") son parte
de los recursos que Trower pone a disposición para conseguir un sonido notable
y para constituirse en un momento de enseñanza para aquellos aspirantes a
guitarristas de blues. Trower enseña que menos es más: a veces sólo un puñado de
buenas notas en el momento preciso basta para poder decir algo interesante.
Este disco –el número diecinueve en su carrera solista–
está decididamente a la altura de las
exigencias de todo buen blusero.
N.A.
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