The Sky Is Crying es una compilación póstuma, lanzada en 1991, un
año después de la muerte de Stevie Ray Vaughan. No nos equivocaríamos si
dijésemos que se trata de un disco que puede pensarse como un tributo que Vaughan
realiza a sus influencias y al blues en general: sólo dos de los diez temas que
componen la placa son de la autoría de SRV. Los homenajeados van desde Elmore James (“The Sky Is Crying”) hasta
Willie Dixon (“Close To You”) pasando por Lonnie Mack (“Wham”) o Howlin’ Wolf
(“May I Have a Talk With You”). A pesar de ser un disco con un marcado estilo
de blues, hay sin embargo espacio para incursiones en el mundo del jazz; más
precisamente, con el tema “Chitlins con Carne”, de Kenny Burrel, queda
demostrada la impresionante versatilidad de SRV en su faceta interpretativa. Incluso
podríamos decir que la versión del propio Vaughan podría ser considerada como
más cercana al espíritu del jazz que la de su autor: en la intro del tema apela
a una técnica de notas octavadas (inspirada claramente en Wes Montgomery) que
dan un estilo jazz mucho más pronunciado que en la versión original. Sin lugar
a dudas es la versión de “Little Wing” la verdadera estrella del disco. Allí
SRV realiza una interpretación tan libre como respetuosa del clásico de Jimi
Hendrix. Se trata de una combinación perfecta entre sentimiento y técnica,
entre pasión y virtuosismo. Después de escuchar esta versión se comprende por
qué este tema es considerado como una de las mejores interpretaciones de este
clásico.
Este disco refleja la madurez
interpretativa y técnica de Stevie Ray Vaughan. En él se pueden encontrar todos
los elementos característicos de su concepción rítmica y solista de la
guitarra: su rasgueo típico, casi circular (“Boot Hill”, “Empty Arms”, “Wham”, “Close
To You”), matizado con estiradas marcadísimas (“The Sky is Crying” “So Excited”)
y con su muy particular uso de la palanca (“The Sky is Crying”, “Wham”). Cerrando
el disco, se encuentra una sentida versión acústica de "Life by the
Drop" de su amigo Doyle Bramhall. La versión que aparece en The Sky is Crying es íntima y sencilla,
tan delicadamente interpretada en una guitarra de doce cuerdas que es difícil
relacionarla a primera vista con la versión original.
Al ser un disco de versiones de
blues, las letras de Sky Is Crying no
agregan muchas sorpresas a aquellos familiarizados con los temas interpretados
allí. La única novedad es el hecho de que “Little Wing” es aquí un tema
puramente instrumental. Se trata de un homenaje no sólo a Hendrix, sino a la
guitarra de blues. Algo de eso queda claro al ver el video de este tema en
donde la cámara retrata, además de escenas protagonizadas por SRV y otros
bluseros, el proceso de producción de una stratocaster; esta idea del homenaje
a la guiatarra de blues parece acentuarse cuando vemos el video finalizar con
Big Bill Broonzy cantando la última estrofa de “Saturday Evening Blues”: “[we
three were so happy] my wyfe, my guitar and me…”
The Sky Is Crying es una excelente oportunidad para conocer el
genio de Stevie Ray Vaughan y una insuperable ocasión para acercarse por
primera vez al blues. Nadie puede salir decepcionado de este encuentro con uno
de los más grande guitarristas del siglo XX.
N.A.
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