domingo, 30 de septiembre de 2012

BB King & Eric Clapton - Riding with the King (Warner, 1991)



Las reuniones de músicos suelen ser encuentros interesantes. Cuando en el 2000, BB King y Eric Clapton se encontraron para grabar Riding with the King no hicieron sino confirmar aquella intuición. A contrario de lo que puede imaginarse, este es el primer álbum que ambos graban en conjunto y constituye un verdadero tributo al blues. Así lo entendieron los jurados que en el año 2000 lo galardonaron con el Grammy al Mejor Album de Blues Tradicional. Aquello de "tradicional" adquiere sentido al repasar la lista de temas: allí nos encontramos con varios clásicos de blues, entre  los que se cuentan varios temas de BB King, hoy devenidos momentos ineludibles en cualquier repertorio de blues. Los clásicos que ambas guitarras repasan abarcan un período de tiempo bastante importante: desde "Riding with the King" de John Hiatt de 1983 hasta "Key to the Highway" del mítico Big Bill Broonzy que se editó por los años 40 del siglo pasado. Los temas del propio King abarcan un período que también podía considerarse como "clásico", más precisamente,  entre los 50 y los 60. De esa época son "Ten Long Years", "Three O'Clock Blues", "Help the Poor", "Days of Old" and "When My Heart Beats Like a Hammer". Llama la atención, sin embargo, que en la selección no haya ni una sola canción de Clapton (uno hubiese imaginado, quizás sin demasiada dificultad, que alguna versión de "Same Old Blues" de su álbum  "Behind The Sun" de 1986 hubiese funcionado bien en el contexto del disco).
Cuando se anunció que BB King y Eric Clapton habían grabado juntos, uno imaginaba que la reunión de los dos más grandes guitarristas de blues vivos podía ser una experiencia musical única. Sin embargo, al escuchar el disco no es precisamente esa la sensación que nos queda. “Lucille” parece mucho más presente a lo largo de los sesenta minutos del disco que la Stratocaster de Clapton, quedando ésta relegada en ocasiones a un lugar casi de acompañamiento. A pesar de todo, existen -es cierto- momentos de verdadero diálogo entre estos maestros, tal es el caso del final de "Hold On I'm Comin'". Con todo, los fanáticos  de Clapton no se quedarán con las manos vacías. En la versión acústica de "Key to the  Highway" sobrevuela el inconfundible toque de Clapton convirtiendo a ésta en una de las mejores versiones del clásico de Big Bill Broonzy.
Hay varios aspectos innegables y muy rescatables de este trabajo que en su momento no fue tan bien recibido por la crítica especializada como cabría suponer. Por un lado, es innegable que las voces de ambos se encuentran en un momento óptimo y dan cuenta de eso en cada uno de los temas (no puede decirse que en alguna canción las voces no estén correctas). Por otro lado, la selección y la organización del disco lo hacen increíblemente balanceado, alternando muy correcta y sutilmente entre los slowblues y temas con un ritmo más marcado y rápido. En definitiva, un disco más que interesante y una oportunidad imperdible de asistir a un encuentro único.

N.A.

Libros sobre Blues - "Camino a la libertad. Historia social del blues" de Manuel López Poy

Camino a la libertad. Historia social del blues de Manuel López Poy

En enero de 2009, Barack Obama, un ciudadano de raza negra, llegaba por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos. Habían pasado 390 años desde que los primeros esclavos de África habían pisado el territorio norteamericano; casi 400 años de lucha por alcanzar la libertad, la igualdad y la dignidad como ciudadanos de pleno derecho.
En este libro se plasma un recorrido histórico y musical por este largo camino a través de la historia de un pueblo al que llevaron a la fuerza a la tierra donde se formaba una sociedad, un nuevo país. Es la historia de aquellos a quienes LeRoi Jones llamó "el pueblo del blues". La esclavitud, la segregación racial, la marginación, la pobreza, la lucha por los derechos civiles, son los grandes hitos sociales que marcaron este camino al compás de la expresión más genuina de la cultura afroamericana: el blues, la madre de todas las músicas del siglo XX y pilar fundamental de la música y la cultura universales. Lo que comenzó siendo la música de los negros pobres y semianalfabetos del sur de los Estados Unidos se escucha hoy en clubs selectos de todo el mundo y sus autores son admirados como grandes artistas y reconocidos como maestros por músicos de todos los países y de todos los estilos.

Libros sobre Blues - "La gran enciclopedia del Blues" de Gérard Herzhaft

La gran enciclopedia del Blues, Gérard Herzhaft

El escritor y musicólogo Gérard Herzhaft nos ofrece un minucioso, íntegro y riguroso panorama de la música blues desde sus orígenes hasta la actualidad. Todo el blues está presente en esta ambiciosa obra: las biografías de sus grandes protagonistas, la historia, los estilos, los instrumentos que en su amalgama constituyeron el «sonido blues», el papel de los productores, los estudiosos, los aficionados y los sellos discográficos que descubrieron e impulsaron a tantos talentos. Considerada, tanto en Francia como en Estados Unidos, como la obra de referencia más completa sobre el blues, ha sido especialmente revisada, ampliada y puesta al día por el autor para esta edición, incluyéndose referencias específicas al ámbito español.

Libros sobre Blues - "A Blues People. Música negra en la América Blanca" de Leroi Jones

A Blues People. Música negra en la América blanca. Leroi Jones, Ed. Nortesur

A Blues People, primer estudio sobre el blues y el jazz escrito por un afro americano, se le reconoce el valioso logro de haber situado las aportaciones de la cultura negra estadounidense en el legado de la música de todos los tiempos. La idea que sustenta este ensayo es que la música puede ser utilizada como indicador para medir la asimilación cultural de generaciones de afro americanos, ya se trate de esclavos de principios del siglo XVIII, como de ciudadanos actuales. A través del análisis de los diferentes estilos y protagonistas del blues y el jazz -desde el blues primitivo hasta el free jazz; de Bessie Smith a Ornette Coleman-, el autor traza la historia social de la música negra en los Estados Unidos, ofreciéndonos un panorama completo del nacimiento, el desarrollo y la evolución de algunas de las expresiones musicales más apreciadas hoy en día.
 
“Blues people no es solamente una fresca, penetrante e instructiva reinterpretación de la música negra en los Estados Unidos; también resulta crucial para las relaciones actuales entre negros y blancos.”   Nat Hentoff

Billy Branch en Argentina

Billy Branch en Argentina
16 de octubre en Velma Café (Gorriti 5520, ciudad de Buenos Aires)

El multipremiado y famoso armóniquista de blues visita nuevamente la Argentina. Se presentará en el Velma Café de Palermo en la ciudad de Buenos Aires el próximo 16 de octubre de 2012.

Tony Bennet en Argentina

Tony Bennet In Concert. 
Jueves 06 de diciembre de 2012. Teatro Coliseo

El gran cantante, Tony Benett, visita la Argentina. La cita será el jueves 6 de diciembre en el Teatro Coliseo de la ciudad de Buenos Aires.

martes, 25 de septiembre de 2012

Norah Jones en Argentina

Norah Jones en Argentina
08 de diciembre de 2012. Estadio Luna Park (Buenos Aires)

El próximo 8 de diciembre, Norah Jones estará presentando "Little Broken Hearts", su último album, en el Estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires.

Robert Plant en Argentina

Robert Plant en Argentina
01 y 02 de noviembre de 2012. Estadio Luna Park (Buenos Aires)

Como parte de su gira por latinoamérica Robert Plant y su banda, "The Sensational Space Shifters" se presentará en el Estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires.

Rick Wakeman en Argentina

Rick Wakeman en Argentina. 
29 y 30 de noviembre de 2012. Teatro Gran Rex (Buenos Aires)

El ex tecladista de Yes se presenta en Argentina. Su presentación tendrá una particularidad: cada fecha será distinta. Mientras que el 29 de noviembre presentará Journey to the Center of the Earth, el 30 de noviembre presentará The Six Wives of Henry VIII. Las fechas tendrán lugar en el Teatro Gran Rex de la ciudad de Buenos Aires.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Dónde escuchar Medianoche Blues Special

Medianoche Blues Special se emite todos los domingos de 22 a 24 por Mega Santa Fe (983.Mhz) y  por CSC Radio (106.5).



16/09 - Especial de los hermanos Vaughan

El próximo domingo un programa dedicado a los hermanos Vaughan, Jimmi y el legendario Stevie Ray Vaughan. Material nuevo, clásico... todo. Solamente en Medianoche Blues Special


lunes, 10 de septiembre de 2012

Stevie Ray Vaughan – The Sky Is Crying (Epic, 1991)



The Sky Is Crying es una compilación póstuma, lanzada en 1991, un año después de la muerte de Stevie Ray Vaughan. No nos equivocaríamos si dijésemos que se trata de un disco que puede pensarse como un tributo que Vaughan realiza a sus influencias y al blues en general: sólo dos de los diez temas que componen la placa son de la autoría de SRV. Los homenajeados van desde Elmore James (“The Sky Is Crying”) hasta Willie Dixon (“Close To You”) pasando por Lonnie Mack (“Wham”) o Howlin’ Wolf (“May I Have a Talk With You”). A pesar de ser un disco con un marcado estilo de blues, hay sin embargo espacio para incursiones en el mundo del jazz; más precisamente, con el tema “Chitlins con Carne”, de Kenny Burrel, queda demostrada la impresionante versatilidad de SRV en su faceta interpretativa. Incluso podríamos decir que la versión del propio Vaughan podría ser considerada como más cercana al espíritu del jazz que la de su autor: en la intro del tema apela a una técnica de notas octavadas (inspirada claramente en Wes Montgomery) que dan un estilo jazz mucho más pronunciado que en la versión original. Sin lugar a dudas es la versión de “Little Wing” la verdadera estrella del disco. Allí SRV realiza una interpretación tan libre como respetuosa del clásico de Jimi Hendrix. Se trata de una combinación perfecta entre sentimiento y técnica, entre pasión y virtuosismo. Después de escuchar esta versión se comprende por qué este tema es considerado como una de las mejores interpretaciones de este clásico.
Este disco refleja la madurez interpretativa y técnica de Stevie Ray Vaughan. En él se pueden encontrar todos los elementos característicos de su concepción rítmica y solista de la guitarra: su rasgueo típico, casi circular (“Boot Hill”, “Empty Arms”, “Wham”, “Close To You”), matizado con estiradas marcadísimas (“The Sky is Crying” “So Excited”) y con su muy particular uso de la palanca (“The Sky is Crying”, “Wham”). Cerrando el disco, se encuentra una sentida versión acústica de "Life by the Drop" de su amigo Doyle Bramhall. La versión que aparece en The Sky is Crying es íntima y sencilla, tan delicadamente interpretada en una guitarra de doce cuerdas que es difícil relacionarla a primera vista con la versión original.
Al ser un disco de versiones de blues, las letras de Sky Is Crying no agregan muchas sorpresas a aquellos familiarizados con los temas interpretados allí. La única novedad es el hecho de que “Little Wing” es aquí un tema puramente instrumental. Se trata de un homenaje no sólo a Hendrix, sino a la guitarra de blues. Algo de eso queda claro al ver el video de este tema en donde la cámara retrata, además de escenas protagonizadas por SRV y otros bluseros, el proceso de producción de una stratocaster; esta idea del homenaje a la guiatarra de blues parece acentuarse cuando vemos el video finalizar con Big Bill Broonzy cantando la última estrofa de “Saturday Evening Blues”: “[we three were so happy] my wyfe, my guitar and me…”
The Sky Is Crying es una excelente oportunidad para conocer el genio de Stevie Ray Vaughan y una insuperable ocasión para acercarse por primera vez al blues. Nadie puede salir decepcionado de este encuentro con uno de los más grande guitarristas del siglo XX.

N.A.

domingo, 9 de septiembre de 2012


Los temas de la semana

Publicado: 07.09.2012 | 13:56 en El Show de Hot Tracks

Una selección con cinco muestras de lo mejor de los últimos siete días: ZZ Top, St. Vincent con David Byrne y más

Una selección con cinco muestras de lo mejor de los últimos siete días: ZZ Top, St. Vincent con David Byrne y más

Nunca fuimos amigos del ahorro verbal, jamás preferimos escatimar palabras. Más bien nos transformamos en cultores de lo contrario: abusamos de su poder. Aún siendo conscientes de que existen momentos en los que esa economía es obligatoria. Dejar de hablar, de escribir, abandonar las letras para poder concentrarse en uno de los más grandes placeres de la humanidad: este que venimos alimentando hace tantos años, post tras post. Y sí, aunque el acostumbramiento nos haga sentir la incomodidad inevitable en el hecho de que efectivamente sea viernes y no estemos apretando el botón de shuffle para escuchar lo que sea que el azar determine, la pequeña muerte de ese concepto es parte necesaria de este intento de evolución. A partir de ahora, dijimos, no habrá Random pero habrá cinco temas lanzados durante la semana que sí o sí tenés que escuchar para seguir con vida. O algo así.
No sin antes agradecerles por el apoyo otorgado ante la primera muestra de esta mutación(pueden seguir escuchando el podcast con la entrevista a Coleman allá abajo), pasaremos a describir brevemente el anclaje coyuntural de cada uno de los tracks de esta semana. Un período de feliz abundancia: el mero hecho de que ya se haya podido deglutir entero elTempest de Bob Dylan así lo determinó. También hubo otra muestra de lo que será el disco de Atoms for Peace, hubo Cat Power, Ryan Bingham, lo nuevo de los Avett Brothers (del que también ya hablamos) y hasta hubo Pet Shop Boys y Vicentico.
Sin embargo, esta selección comienza con lo nuevo de ZZ Top, La Futura, disco número quince de los tres hombres tejanos, producido por Billy Gibbons y Rick Rubin: habíamos pispeado "I Gotsta Get Paid" a través de este comercial pero ya están "disponibles" los diez temas del regreso de los barbudos al estudio después de nueve años, con algunos grandes momentos hardsureños y otros tantos melancobluseros.
Luego: de la colaboración entre el genio David Byrne y St Vincent llamada Love This Giant, a pesar de que justo haya salido el video del corte "Who", escucharemos "I Am An Ape"; un tema al tuntún (¡!) de lo nuevo de Grizzly Bear (acá: batite folk, psicodelia, pop barroco, una pizca de oscuridad), Shields, el sucesor de Veckatimest. También, un adelanto de lo que será el trabajo de la nueva banda de Nigel Godrich (causalmente, miembro de Atoms for Peace y, saben, reconocido productor y sexto miembro de Radiohead) junto con el batero y también productor Joey Waronker y la cantante Laura Bettinson: Ultraísta (vos fijate, Abril Sosa). Esta semana le pusieron imagen al tema "Bad Insect" que formará parte del disco que se espera para octubre: cuatro minutos y medio de trip-pop electronírico. Y en el mismo sentido pero explorando sus montes progresivos, espaciales y retrofuturistas, Poseidótica (otra gran deuda nacional de HT) dio a conocer el hasta el momento inédito "El alma de las máquinas".


Estados Unidos / Circuito musical

Chicago: viaje a la cuna del blues eléctrico

La ciudad de los rascacielos es también el hogar de Muddy Waters y Willie Dixon, el lugar para respirar la historia y actualidad de un género que sentó las bases de la música popular

CHICAGO (El Mercurio, de Santiago. GDA).- Para McKinley Morganfield, Chicago también era la Tierra Prometida.
Buscando fama y fortuna, había llegado desde el delta del Mississippi, en el sur de Estados Unidos, con una guitarra y un montón de canciones en su cabeza. Pero las cosas no serían fáciles: era plena Segunda Guerra Mundial y él, claro, era sólo un negro más del Sur que venía a Chicago en busca de una vida mejor, tal como lo habían hecho miles de su generación algunos años atrás.
Pero McKinley Morganfield no se rindió. Confiado en su talento, comenzó a tocar y tocar sus canciones en los suburbios del sur de Chicago, donde había llegado. Primero, en las fiestas caseras de amigos y conocidos. Más tarde, en las pequeñas y atestadas tabernas para negros que comenzaban a proliferar en la ciudad.
Un día, McKinley Morganfield tuvo la oportunidad que buscaba: tras deambular por algunos estudios de grabación, logró persuadir a los hermanos Phil y Leonard Chess -dueños de un entonces pequeño y desconocido sello independiente llamado Chess Records- para que grabaran sus canciones.
El éxito fue inmediato. El single I can´t be satisfied , de 1948, golpeó a la escena local como nadie esperaba.
Entonces comenzó la revolución: sin siquiera imaginarlo, McKinley Morganfield -más conocido como Muddy Waters, por haber pasado su infancia jugando en las turbias aguas del río Mississippi- daría inicio a un movimiento que cambiaría para siempre la historia de la música popular: el blues eléctrico de Chicago.
Sesenta y dos años después, el espíritu de Muddy Waters sigue vivo en Chicago.
Esta vez, en la voz de Harmonica Hinds, un bluesman cicuentón que está cantando, en un bar de la ciudad, Hoochie coochie man , viejo clásico de Waters escrito por otro héroe del blues: Willie Dixon. Harmonica Hinds está solo con una guitarra eléctrica, una armónica y un pandero en sus pies. "Everybody knows I'm here!", canta Hinds y, de cierto modo, el espíritu del viejo Muddy Waters vuelve a sentirse en el escenario.
El local se llama Buddy Guy's Legends y pertenece a otra leyenda -esta vez, viva- del blues de Chicago: el guitarrista Buddy Guy, inspirador de famosos músicos blancos como Eric Clapton y Stevie Ray Vaughan. Son cerca de las dos de la tarde de un frío día en la ciudad, y sólo somos unas pocas personas viendo el show de Harmonica Hinds.
En el escenario, Hinds toca con pasión. El lugar, lleno de mesas, es oscuro y huele a fritura. De las paredes cuelgan discos de vinilo, guitarras eléctricas (hay una autografiada por Jeff Beck, otra por B.B. King), recortes de prensa y, justo arriba de las mesas de pool, una pintura con cuatro rostros dibujados tal como los presidentes estadounidenses del monte Rushmore, pero esta vez en negro: son los "presidentes" del blues: Howlin' Wolf, Little Walter, Sonny Boy Williamson y, por cierto, Muddy Waters.
"El blues es mi vida", dice Hinds cuando termina de tocar, y nos sentamos a una de las mesas del club a conversar. Muddy Waters nos mira desde el fondo. Hinds -alto, arrugado, con boina y lentes oscuros- toca armónica desde los 20 años, y toda su vida ha estado ligada al blues. Nació en Canadá, pero vive hace 30 años en Chicago, su hogar, como dice. "Oh yeah, this is home. Chicago es donde la música está pasando. Aquí en la Ciudad del Viento."
Uno podría venir a Chicago, a la Ciudad del Viento, a una de las 10 mejores ciudades del mundo según The Times, sólo para admirar su arquitectura y su imponente skyline frente al lago Michigan. También, para caminar al anochecer por la lujosa Magnificent Mile, llena de exclusivas tiendas y restaurantes. Tal vez, uno podría venir sólo para recorrer el Instituto de Arte de Chicago, uno de los museos más importantes del planeta o, incluso, para pasear por Hyde Park y conocer los barrios donde Obama vivió y se formó políticamente antes de ser presidente.
Pero también, como ahora, uno puede venir a Chicago sólo por el blues. Históricamente, Chicago ha sido una de las ciudades más revolucionarias del mundo: aquí se inventaron los rascacielos, aquí se ideó la primera reacción nuclear, aquí abrió el primer McDonald's... y aquí, por cierto, nació el blues eléctrico, estilo musical que, finalmente, originaría el rock and roll y toda la revolución que vendría después.
Sin embargo, aunque la ciudad reconoce y "vende" al mundo esta historia musical, las huellas del blues de Chicago no están del todo visibles. Es cierto: hay muchos clubes de blues en la ciudad, hay música en vivo todo el año; pero, por ejemplo, no existe ningún "museo del blues" como uno tal vez esperaría (estamos en Estados Unidos) ni sitios históricos muy bien indicados: de The Stroll, por ejemplo, el paseo de la calle State, entre la 26 y 38, que en los años 20 concentró la vida jazzera y blusera de la ciudad, hoy no queda prácticamente nada; la casa donde vivió Muddy Waters, en el sur, y donde seguramente se crearon varios clásicos del blues, ya no existe. Y así la lista sigue.
Arte de negros
El blues es un arte de negros. Y por lo mismo, en una ciudad donde según el propio Times aún hay "comunidades bastante segregadas y algunas áreas claramente rudas", su legado aún parece esperar el definitivo reconocimiento.
La diferencia racial está presente en Chicago: basta caminar un poco por el centro para ver que los que piden dinero son, siempre, negros. ¿Los taxistas? Casi todos negros. Incluso, en los propios escenarios de los clubes de blues, fotos de Obama-presidente son exhibidas como símbolo de orgullo. Koko Taylor, la llamada Reina del Blues, quien también hizo su carrera en Chicago, explicaba esta situación en el libro I was there when the blues was red hot , del músico y profesor de Columbia College Fernando Jones, una de las figuras de la actual escena del blues de Chicago: "Yo creo que todos los jóvenes, hombres, mujeres, ricos, pobres, blancos o negros, especialmente los negros, deberían apreciar el blues porque el blues es un recuerdo de la esclavitud", decía Taylor. "De allí es de donde viene y de donde todo comenzó. El blues es nuestra cultura".
En Chicago podrías leer que el auténtico blues está en la zona sur, en los barrios de los negros. Sin embargo, la mayoría de los clubes están en la zona norte. Es cierto, son más turísticos y el público es mayoritariamente blanco, pero sabiendo elegir bien la experiencia resulta memorable. Y no menos auténtica.
"Nací en el sur de Chicago y estoy feliz de estar aquí. Es un lugar importante para tocar, es cool y reconocido", dice el propio Fernando Jones en una sala de Columbia College. Jones se crió en una familia de blueseros e incluso tocó con Willie Dixon, su mentor, como dice. "A veces la gente dice que los clubes del norte son comerciales, pero yo no coincido: aunque es un ambiente diferente, a menudo los músicos tocan lo que creen que el público quiere escuchar. Y eso no es necesariamente verdad. ¿No sería mejor que volvieras a casa y dijeras: Man, escuché una canción de Nelly Travis (una artista local) que dice One, two, four, six, y no me la puedo sacar de la cabeza. Eso se vuelve a clásico".
Jones se refiere a temas clásicos del blues, como Hoochie coochie man o Sweet home Chicago, que tarde o temprano suenan en casi todos los shows de blues de la ciudad. "Como sociedad de músicos de blues necesitamos crear nuevas canciones que sean fáciles de aprender y de tocar, y que las próximas generaciones puedan cantar".
Mito y peregrinación
Miércoles. Nueve de la noche. Llueve en la ciudad. Unas veinte personas hemos llegado al Blue Chicago, club de la calle Clark, para ver al guitarrista Linsey Alexander, que tocará con la cantante Nelly Travis, dos créditos locales. El viejo Linsey Alexander comienza a cantar. Su voz suena dura y desgarrada. "¡No quiero a una mujer que aspire cocaína todo el día!", canta Alexander y Nelly Travis -negra, rubia, gorda-, agrega: "You don't want that shit, baby". De pronto, el segunda guitarra, un veinteañero blanco de boina, comienza a hacer un solo. Sus notas, pulcras y precisas, sacan aplausos. La audiencia no despega los ojos del escenario.
"¡Nada mal para un white boy!", dice Linsey Alexander, mirando de reojo a su guitarrista. El público, casi cien por ciento blanco, lanza una risotada.
Es irónico, pero fueron los blancos los que hicieron mundialmente famoso a los blueseros negros de Chicago. Es decir, conocimos a Muddy Waters y compañía, sobre todo, por los Rolling Stones (quienes se llaman así en honor a una de sus canciones), por Eric Clapton y los Yardbirds, por Led Zeppelin, por todas las bandas de rockeros ingleses que un día descubrieron a todos estos grandes músicos y los discos que grababan, sobre todo, en los hoy legendarios Chess Records.
La sede principal de Chess está, todavía, en South Michigan Avenue, una de las arterias principales de Chicago, específicamente en el número 2120, dirección inmortalizada por el tema homónimo que los Rolling Stones grabaron aquí en 1964. Sin embargo, ya no funciona: tras la venta final del sello en 1975, el edificio estuvo abandonado por años, hasta que en 1993, fue comprado por la viuda de Willie Dixon para crear aquí la Blues Heaven Foundation, una fundación, museo y centro cultural dedicado no sólo a contar la historia del blues, sino también a proteger a los músicos locales.
Aunque pequeño, escondido y de bajo perfil (lo atiende sólo una persona), hoy es el único lugar de Chicago que permite revivir todo este mito. Un sitio al que, cada año, fanáticos del blues, del soul y del rock and roll llegan casi como una peregrinación.
Salgo de Chess Records y camino por la legendaria South Michigan Avenue. Dejo atrás el número 2120 y reviso mi libreta: hoy, a las nueve, toca Toranzo Cannon en el B.L.U.E.S., en el 2519 de N. Halsted Street. Ya es de noche, y aún está lloviendo en Chicago. Entonces no puedo evitarlo: los versos del clásico Same old blues, de Freddie King, comienzan a sonar en mi cabeza: "Es la lluvia. Es el mismo viejo blues".
Sonrío. Todavía lo están haciendo.

LOS MEJORES CLUBES

Buddy Guy's Legends: propiedad del guitarrista Buddy Guy, los propios músicos de Chicago lo valoran por el buen trato que reciben. Esencial. 754 S. Wabash Ave.;www.buddyguys.com
B.L.U.E.S.: abierto en 1979, es tan pequeño que los músicos suelen tocar al lado de las mesas. Y el repertorio es casi siempre original: temas para turistas como Sweet home Chicago o The thrill is gone rara vez suenan. 2519 N. Halsted St.; www.chicagobluesbar.com
Lee's Unleaded Blues: no es fácil dar con él: está en un sitio poco conocido de la zona sur. Pero el viaje, por la onda y la música, vale la pena. 7401 S. South Chicago Ave.www.leesunleadedblues.com
Rosa's Lounge: algo alejado, su dueño es un simpático baterista italiano. Obama hizo actos de campaña senatorial aquí: una gran foto en las paredes lo demuestra. 3420 W. Armitage; www.rosaslounge.com
Blue Chicago: un oscuro pasillo, un pequeño escenario, una barra de cervezas y pocas mesas. Buenos shows de blueseras locales, como Nelly Travis. 536 N. Clark St.;www.bluechicago.com

LA MEJOR DISQUERIA

Jazz Mart: dice ser la disquería de jazz y blues más grande del mundo. Basta una mirada: hay miles de cedés y vinilos. 27 East Illinois; www.jazzmart.com

EL MEJOR LIBRO

Today's Chicago Blues: de Karen Hanson, aborda la escena actual del blues de Chicago y lista cada uno de los clubes de la ciudad. US$15,95 en Amazon.

En: La Nación, Turismo, Domingo 26 de agosto de 2012 |